sábado, 11 de octubre de 2014

CONCEPTOS SOBRE EL HAMBRE EN EL MUNDO

¿Qué es el hambre crónica?
Las personas que pasan hambre de forma crónica están subnutridas. No comen lo suficiente para tener la energía necesaria que les permita desarrollar una vida activa. Su subnutrición les dificulta el estudio, el trabajo o la práctica de cualquier actividad que requiera esfuerzo físico. La subnutrición es especialmente perjudicial para las mujeres y los niños. Los niños subnutridos no crecen de forma tan rápida como los niños saludables. Mentalmente pueden desarrollarse más despacio. El hambre constante debilita el sistema inmunológico y les hace más vulnerables a enfermedades e infecciones. Las madres que pasan hambre de forma continua dan a luz a bebés débiles y con falta de peso, y ellas mismas se enfrentan a un mayor riesgo de muerte.
  

¿Quién corre más riesgos de pasar hambre?
Tres son los principales grupos de riesgo: la población rural pobre, la población urbana pobre y las víctimas de las catástrofes.
Los pobres rurales
La mayoría de las personas que no tienen lo suficiente para comer vive en las comunidades rurales pobres en los países en desarrollo. Muchas no tienen electricidad ni agua potable. La sanidad pública, la educación y los servicios de saneamiento son, a menudo, de baja calidad.
Las personas del mundo que pasan más hambre y están más expuestas a la inseguridad alimentaria están a menudo directamente involucradas en la producción de alimentos. Cultivan pequeñas parcelas. Crían animales. Pescan. Hacen lo que pueden para proporcionar alimentos a sus familias o ganar dinero en el mercado de productos locales.
Muchos no tienen terrenos propios y trabajan a sueldo para obtener dinero suficiente con el que salir adelante. A menudo el trabajo es estacional, y la familia debe desplazarse o separarse para ganarse la vida.
Resulta difícil y complicado ahorrar dinero para situaciones de emergencia. Incluso cuando hay suficientes alimentos, la amenaza del hambre está siempre presente.

Los pobres urbanos
La población urbana pobre es otro de los grupos en riesgo de padecer hambre. Producen pocos o ningún alimento y a menudo carecen de los medios para comprarlos. Las ciudades están creciendo constantemente. En el año 2000, casi dos mil millones de personas vivían en las ciudades; para 2030 esta cifra se habrá, como mínimo, duplicado. A medida que las ciudades crezcan y más gente migre de zonas rurales a zonas urbanas, la población urbana pobre aumentará. El hambre y el acceso a alimentos asequibles en las ciudades serán, por tanto, cuestiones de creciente importancia.

Víctimas de las catástrofes
Cada año las inundaciones, sequías, terremotos y otros desastres naturales así como los conflictos armados causan destrucción generalizada y fuerzan a las familias a abandonar sus hogares y granjas. A menudo las víctimas de las catástrofes no sólo se enfrentan a la amenaza del hambre sino también directamente a la inanición.
  

¿Cómo calcula la FAO el número de personas que sufren de hambre?
La FAO mide el hambre como el número de personas que no consumen el mínimo de la energía diaria necesaria, que es la cantidad de calorías necesarias para una actividad ligera y un peso aceptable mínimo para la estatura de la persona. Esto varía de acuerdo al sexo y la edad.

¿Cuándo empezó la FAO a computar las personas que pasan hambre?
Las estadísticas de la FAO se remontan al periodo 1969-1971, en el que el número de víctimas del hambre en el mundo ascendía a 878 millones.

¿Cómo se puede reducir el hambre?
El mundo produce actualmente alimentos suficientes para todos sus habitantes, aunque muchas personas no tienen acceso a ellos.
Hay muchas evidencias de que es posible alcanzar avances rápidos en la reducción del hambre mediante la aplicación de una estrategia de doble vía que aborde tanto las causas como las consecuencias del hambre y la pobreza extremas. La primera vía incluye intervenciones para mejorar la disponibilidad de alimentos y los ingresos de la población pobre aumentando sus actividades productivas. La segunda se centra en programas específicos que proporcionan a las familias más necesitadas acceso directo e inmediato a los alimentos.


Definiciones básicas
Desnutrición:  Resultado de una prolongada ingestión alimentaria reducida y/o absorción deficiente de los nutrientes consumidos. Generalmente asociada a una carencia de energía (o de proteínas y energía), aunque también puede estar relacionada a carencias de vitaminas y minerales.
Subnutrición o hambre crónica:  Estado de las personas cuya ingestión alimentaria regular no llega a cubrir sus necesidades energéticas mínimas.  La necesidad mínima diaria de energía es de unas 1.800 kcal por persona. La necesidad exacta viene determinada por la edad, tamaño corporal, nivel de actividad y condiciones fisiológicas como enfermedades, infecciones, embarazo o lactancia.
Malnutrición:  Término amplio usado para una serie de condiciones que dificultan la buena salud. Causada por una ingestión alimentaria inadecuada o desequilibrada o por una absorción deficiente de los nutrientes consumidos. Se refiere tanto a la desnutrición (privación de alimentos) como a la sobrealimentación (consumo excesivo de alimentos en relación a las necesidades energéticas).
Seguridad alimentaria:  Existe cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades alimentarias para desarrollar una vida activa y sana.
Inseguridad alimentaria:  Se da cuando las personas carecen de acceso a una cantidad suficiente de alimentos inocuos y nutritivos, y por tanto no están consumiendo lo suficiente para desarrollar una vida activa y sana. Puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos, al insuficiente poder adquisitivo o a un uso inadecuado de los mismos a nivel familiar.
Información extraída de la página de la F.A.O.

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